Meditación: Relajación Profunda con el Cuerpo como Ancla

Duración total: 25 minutos


Preparación Inicial (3 minutos)

  1. Elige tu postura:
    • Acostado: Adopta la postura de cadáver (Savasana) en el suelo o en una superficie cómoda. Mantén los brazos a los lados, ligeramente alejados del cuerpo, con las palmas hacia arriba.
    • Sentado: Si prefieres estar sentado, asegúrate de que la espalda esté recta, con un cojín que soporte tus caderas.
  2. Ambiente:
    • Usa una manta ligera si tienes frío y atenúa la luz del espacio.
    • Considera encender una vela o usar un aroma suave, como lavanda, para un entorno más relajante.
  3. Respiración Inicial:
    • Toma tres respiraciones profundas, inhalando por la nariz y exhalando lentamente por la boca, dejando que todo tu cuerpo comience a soltarse.

Centrada en la Respiración y el Cuerpo (5 minutos)

  1. Observación de la respiración:
    • Lleva toda tu atención al flujo natural de tu respiración. Observa cómo el aire entra y sale.
    • Nota la sensación en las fosas nasales y el suave movimiento del pecho y el abdomen.
  2. Profundiza la relajación:
    • Con cada exhalación, imagina que tu cuerpo se vuelve más pesado, como si estuvieras hundiéndote suavemente en el suelo.

Escaneo Corporal Profundo (10 minutos)

  1. Secuencia guiada:
    • Lleva tu atención a los pies. Siente su peso y cualquier sensación presente. Al exhalar, imagina que toda tensión se disuelve.
    • Avanza lentamente hacia las pantorrillas, rodillas, muslos y caderas. A cada zona que pases, permite que se relaje por completo.
    • Continúa hacia el abdomen y el pecho. Siente cómo el ritmo de tu respiración suaviza cualquier rigidez o incomodidad.
    • Sube hacia los brazos, los hombros, el cuello y la mandíbula, aflojando cada músculo.
    • Termina en la coronilla, sintiendo que todo tu cuerpo está ahora completamente relajado y conectado.

Visualización Relajante (5 minutos)

  1. Imagina un escenario:
    • Visualiza que estás acostado en un campo abierto, rodeado de naturaleza. Siente el sol cálido en tu piel, la brisa suave y el aroma fresco de la tierra.
    • Cada inhalación trae frescura y calma; cada exhalación disuelve cualquier resto de tensión.
  2. Explora los sentidos:
    • Escucha los sonidos de pájaros o del viento. Observa cómo tu cuerpo y tu mente se sienten en este entorno.

Cierre (2 minutos)

  1. Vuelve lentamente:
    • Lleva la atención de nuevo a tu respiración y a los puntos de contacto entre tu cuerpo y el suelo.
    • Mueve lentamente los dedos de los pies y las manos. Si estás acostado, gira hacia un lado antes de incorporarte.
  2. Agradecimiento:
    • Agradece el tiempo dedicado a relajarte profundamente y disfruta de cómo te sientes al terminar.

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