Meditación: Gratitud y Compasión

Duración total: 20 minutos
Objetivo: Cultivar sentimientos de gratitud hacia uno mismo y los demás, y desarrollar compasión como herramienta de conexión y bienestar.


Preparación Inicial (2 minutos)

  1. Encuentra tu espacio: Elige un lugar tranquilo donde puedas sentarte o acostarte cómodamente.
  2. Adopta una postura relajada:
    • Si estás sentado, mantén la espalda recta y los hombros relajados. Apoya las manos en los muslos con las palmas hacia arriba o en tu regazo.
    • Si prefieres estar acostado, adopta una postura de relajación con los brazos a los lados, las palmas hacia arriba.
  3. Respiración inicial:
    • Inhala profundamente por la nariz, reteniendo un momento, y exhala por la boca, soltando cualquier tensión.
    • Repite este ciclo tres veces, permitiendo que tu cuerpo y mente se asienten.

Conexión con la Gratitud (6 minutos)

  1. Enfócate en lo básico:
    • Cierra los ojos y lleva tu atención a tu respiración. Agradece por el simple hecho de respirar y estar vivo.
    • Visualiza tu corazón latiendo. Agradece a tu cuerpo por trabajar silenciosamente para ti cada día.
  2. Recuerda un momento especial:
    • Piensa en un recuerdo reciente que te haya hecho sonreír o sentir felicidad. Puede ser algo pequeño, como un gesto amable de alguien o un momento de tranquilidad.
    • Siente esa gratitud expandirse desde tu corazón hacia todo tu cuerpo, como una luz cálida que te envuelve.
  3. Reconoce lo cotidiano:
    • Reflexiona sobre las cosas que a menudo das por sentado: un hogar, una comida, la luz del sol, o una persona que te importa.
    • Con cada exhalación, repite mentalmente: “Gracias”.

Cultivando la Compasión (8 minutos)

  1. Comienza contigo mismo:
    • Lleva tu atención al centro de tu pecho, el área del corazón. Visualiza una luz cálida creciendo allí, representando amor y compasión hacia ti mismo.
    • Repite mentalmente:
      • “Que yo esté libre de sufrimiento”.
      • “Que yo sea feliz”.
      • “Que yo viva en paz”.
  2. Extiende la compasión a un ser querido:
    • Piensa en alguien que te importa profundamente. Visualiza su rostro y envíale esa misma luz cálida de compasión desde tu corazón.
    • Repite mentalmente:
      • “Que estés libre de sufrimiento”.
      • “Que seas feliz”.
      • “Que vivas en paz”.
  3. Amplía a los demás:
    • Visualiza esta luz extendiéndose hacia personas que conoces menos, como colegas o vecinos.
    • Finalmente, deja que esa luz envuelva a toda la humanidad, incluso a aquellos con quienes tienes dificultades.
    • Repite mentalmente:
      • “Que todos estén libres de sufrimiento”.
      • “Que todos sean felices”.
      • “Que todos vivan en paz”.

Cierre y Reflexión (4 minutos)

  1. Vuelve al presente:
    • Lleva tu atención nuevamente a tu cuerpo. Siente el peso de tu cuerpo apoyado en la silla o el suelo. Escucha los sonidos a tu alrededor.
    • Toma tres respiraciones profundas para anclarte al presente.
  2. Agradece el momento:
    • Dedica un momento para agradecerte a ti mismo por este tiempo de práctica.
    • Si lo deseas, sonríe suavemente y abre los ojos.
  3. Reflexión final:
    • Piensa en cómo puedes llevar este sentimiento de gratitud y compasión al resto de tu día.

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